Rincones
En defensa de la Fantasía

  

Muchas personas mayores me preguntan a menudo que por qué escribo fantasía (imaginaros aquí la expresión de incredulidad y el ligero desdén en su tono de voz). Y mi respuesta es: ¿Y por qué no?

Por algún motivo que no logro comprender, la Fantasía es considerada aquí en España, así como la Ciencia Ficción, la hermana mala del resto de la literatura. Sin embargo en otros países, como los de habla inglesa, se la aprecia y se la valora como a la que más. Escritores de renombre como J. L. Borges, Cortázar y nuestros queridos Manuel de Pedrolo o Carlos Ruiz-Zafón son artífices de Fantasía y Ciencia-Ficción.

Uno de los motivos por los que a la Fantasía se la desprecia es porque, según algunos, es fácil de escribir. Al fin y al cabo, te lo inventas todo, ¿no? ¡Nada más lejos de la verdad! Los géneros de ficción requieren tanta lógica, estructuración y verosimilitud como cualquier otro género de la literatura. Al fin y al cabo, si creas un mundo pero este no tiene una historia interna, una dinámica y una fortaleza inherente que le permita sostenerse por sí mismo, no será creíble para nadie. No nos gustan los escenarios de cartón-piedra.

Otro de los motivos por los que a la Fantasía se la tacha de literatura de segunda es porque los temas de los que trata son banales. ¡Tampoco! La literatura trata los mismos temas que el resto de géneros, aunque sean de no ficción: las pasiones y los temores de la naturaleza humana. Lo bueno que tiene la fantasía, igual que la ciencia ficción, es que al desvincularnos de los estrechos y rígidos límites de la realidad podemos llevar esos pensamientos, esas emociones, mucho más allá. (Para saber algo más de los géneros de ficción visitar el apartado: Sobre los géneros de ficción).

Así que yo os animo a escribir fantasía, sin pensar que seréis escritores de fantasía. Tolkien dijo una vez:

"La mente humana, dotada de poderes de generalización y abstracción, no sólo ve hierba verde, diferenciándola de otras cosas (y hallándola agradable a la vista), sino que ve que es verde, además de hierba". (Ensayo sobre los cuentos de hadas, J. R. R. Tolkien)

¿Os habéis dado cuenta? Cuántos son capaces de fijarse en la hierba y pensar, mira que hermoso tono de verde que tiene. Y entonces... ¿y si la imagino azul, o amarilla o violeta?

Vosotros podéis ser también grandes visionarios, como lo fue Tolkien y  lo han sido muchos otros antes y después que él.

 

 


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