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Curiosidades sobre Brìgh

 

A continuación, algunas curiosidades sobre el libro y sobre la ciudad. A medida que se me vayan ocurriendo más, las iré actualizando, y las que ya no sean válidas las quitaré.

Sobre Brìgh:

- ¿De qué trata?

En Edimburgo, ciudad de luces y sombras donde la vida moderna se mezcla con la historia, ya hay quien sabe que no todas las historias de fantasmas son inventadas, ni divertidas. Las apariciones existen de verdad, y la barcelonesa Liadan y sus amigos han aprendido a vivir con lo que les rodea. Pero no estaban preparados para lo que sucederá ahora. La desaparición de un ser querido, la llegada de viejos y nuevos amigos a sus vidas y la certeza de que alguien trata de demostrar que los fantasmas existen, harán que tengan que madurar y mostrarse unidos, o perder aquello que más valoran. Y descubrir que, a veces, lo único que queda es aceptar la pérdida.

Brìgh, palabra gaélica que significa ‘espíritu’ o ‘esencia’, da nombre a esta novela en la que la voluntad de uno solo puede turbar la existencia de muchos… tanto de los que aún están vivos como de los que ya no lo están.

- ¿Cómo nació esta historia?

Esta historia nace en el 2.006 nada menos. Por aquel entonces cumplí uno de mis sueños y realicé un viaje a Escocia, un país que siempre quise visitar. Me enamoré de él. Y además descubrí que no tan sólo es un país de grandes praderas brumosas y misteriosos castillos como yo lo imaginaba, sino que además tenía una capital que es la ciudad más bonita que he visto nunca: Edimburgo. Pero lo realmente interesante es que allí los fantasmas existen de verdad.

El primero de los libros que escribí sobre ese lugar maravilloso fue Taibhse. Brígh llega este otoño, aunque llevo años dándole vueltas a la trama. Es el resultado de muchos meses de investigación también.

- ¿Cómo son los fantasmas de Brìgh?

Los fantasmas de Brìgh, puesto que pertenecen a las islas británicas, pertenecen a su tradición. No están aquí para divertirnos ni aterrarnos, no van hacia la luz y no es guay ser un fantasma. Simplemente están aquí por efecto de la transformación de la energía. Ya sabéis, la energía no se crea ni se destruye, tan sólo se transforma. Y la mayoría son muy desgraciados, se sienten enjaulados y desdichados, si es que tienen sentimientos.

Muchos de los fantasmas no saben que lo son, o ni siquiera tienen conciencia de estar existiendo. Otros, en cambio, recuerdan que estuvieron vivos antes... y esos son los más peligrosos, porque no quieren morir otra vez y desean seguir existiendo.

Los fantasmas son entes completamente diferentes unos de otros, y también son diferentes a como fueron en vida. Suelen ser mucho más obsesivos, destructivos, adquieren hábitos repetitivos de lo que apenas son conscientes y no suelen respetar mucho la vida porque ya no la tienen. Pero casi todos tienen una cosa en común: no les gusta en absoluto que los vivos sepan que están ahí, porque tienen miedo a que los destruyan...

 

Sobre Edimburgo:

- Su nombre en escocés es Dùn Èideann, y en inglés es Edinburgh. Pero no lo pronunciéis literalmente o no os entenderán: se pronuncia algo así como 'Edinbra'.

- Es un lugar precioso, pero no hay persona mediterránea (excepto yo y pocos más), que no se queje del tiempo.

- La comida está buenísima y las raciones son grandes pero si estás acostumbrado a la dieta mediterránea busca de vez en cuando un restaurante exótico (por suerte italianos hay muchos y en Edinburgh puedes encontrar algún español).

- Escocia es la nación más 'encantada' del mundo.

- Hace unos siglos también la llamaban Auld Reekie (Vieja Brumosa o Vieja Chimenea), porque las calles siempre estaban llenas de humo y niebla.

- En Escocia tienen su propia 'coca-cola', que se bebe más que ninguna otra bebida carbonatada. Se llama Irn Bru, y es muy dulce y suave, y de color naranja.

- En Escocia hay más ovejas que personas.

- En Escocia es bastante habitual encontrar casas con jardines tan grandes como para contener bosquecillos y sepulcros dentro. De hecho, mucha gente encuentra excavaciones arqueológicas en sus terrenos.

- Suele ser una ciudad tranquila pero durante el mes de agosto, con el Fringe Festival, se llena tanto de gente que apenas se puede caminar por la Royal Mile.

- No es broma, si sales por la noche aunque vayas a un pub, tienes que ir muy bien vestido si no quieres destacar...

- A las 9 de la noche y salvo en los pequeños locales de comida para llevar, en casi todas partes dejan de servir cenas... así que hay que cambiar el horario de comidas para no pasar hambre.

- En los pubs y tabernas es habitual que haya música en directo, desde cantautores a grupos celtas, o bandas enteras de violinistas que se sientan y tocan mientras beben cerveza.

- El agua, en las discotecas, suele ser gratis.

- La mayoría de atracciones turísticas cierran a media tarde, así que las visitas hay que hacerlas pronto.

- En cuanto sale el sol la gente se sienta y se tumba en casi todos los parques y jardines aunque la hierba esté mojada después de llover.

- Actualmente y debido a los tantísimos juguetes que le han llevado a Annie en el Mary King's Close, ya no dejan situarlos en su baúl. ¡Pero no dejéis de llevarlos! Porque lo que hacen con ellos es donarlos a los niños más necesitados.

- Hay muchas tiendas pertenecientes a organizaciones sin ánimo de lucro en las que se pueden dejar cosas que ya no uséis, y comprar las que os apetezcan a muy buen precio. Como por ejemplo, libros.

- Hay más gaviotas que palomas en la ciudad, debido a su cercanía con el mar. También podéis encontrar muchas ardillas en los parques.

- Si oís una explosión muy fuerte a eso de la 1 del mediodía, no os asustéis. Es el Cañón de la una en punto que se dispara desde el castillo de Edimburgo.

- Sí, es verdad. Muchos escoceses siguen llevando sus kilts (faldas escocesas), sobre todo en momentos memorables o cuando animan a su selección. Y sí, es verdad, tradicionalmente no llevan nada debajo.

- No se puede abandonar Escocia sin probar los Haggis, Liadan ya os ha explicado que es. Para los más recelosos, hay una versión vegetariana de este plato.

- En los pubs son muy estrictos con eso de servir bebidas alcohólicas a menores de edad, así que ni lo intentéis. Ni os molestéis si os piden el carné de identidad aunque seáis mayores.

- Si os invitan a bailar un Cèilidh, ¡no os neguéis! Lo considerarán de mala educación y además es muy divertido.

 


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